YO Y EL DÍA QUE MI PADRE SUPO QUE YO ERA GAY POR UN LIGUE CABREADO

 

Me llegaron pedazos de la historia. No he querido reconstruirla. No he querido preguntar ni escuchar directamente. Demasiado bochorno para algo que no serviría de nada. Lo único seguro, lo real, lo que sé sin tamices, fue lo que mi padre me dijo a mí:

-Acuéstate con quien quieras, pero si vas a ser puta, elige bien a los clientes.

            No sé si habría gente en la tienda o el tío esperaría a que se vaciara. Si se lo enseñó con clientas de las que están esperando para comprar el pan o los dulces o tuvo el decoro de esperar a que se vaciara. Qué le dijo, cómo se presentó…no sé.

Debió ser uno enfadado: porque no quise acostarme con él, porque le ofendería de alguna manera. O tal vez porque me lié con su marido o con su novio. O simplemente alguien malo con ganas de joder. Qué se yo.

Cómo obtuvo el vídeo es lo de menos, demasiado fácil. Raro sería que alguien que me interese me pida un vídeo y me niegue a enviárselo. Es 2019, no hay barreras a eso. Y si no lo envíe yo, alguien se lo pudo reenviar.

            Tampoco sé si le mostró el vídeo entero o una captura en foto. Ni si él lo vio entero, una parte, solo el principio, si le saltaron al final.

            La reacción de él la desconozco de tantas versiones. ¿Le echo, le insultó, le gritó? ¿le escuchó, le reprochó, le amenazó? ¿lloró? ¿cómo se sintió?.

            De aquello solo quedó el ‘elige a tus clientes’. Y que no volvió a insistir en cuándo le presentaba a una chica ni en cuándo le iba a dar nietos. De todas aquellas cosas que me recordaba que había que cumplir con los años, solo mencionó desde aquel día el comprarse un piso y el sacarse el carné de conducir.

            Y ya.

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